Según el psicólogo Roger Garcés,
cuando el sujeto pierde el control de lo que consume y se siente derrotado se
puede definir como adicción o conducta adictiva.
A parte definió tres
características para detectar las adicciones, estas son:
1) Las consecuencias negativas son a causa de la
inconsciencia del individuo.
2) Es difícil para el paciente eliminar las
adicciones, porque cuando tiene el efecto de la sustancia psicoactiva siente
una sensación fascinante. El licenciado Garcés comparó esta emoción con “una
mariposa que rodea la llama de la vela de fuego y no puede apartarse de la
mirada del fuego”.
3) Aparece el entrecendo, el cual el profesional
de la psicología describió como “No hay nada que pueda estar mal, que pueda
estar peor”. Se aplica cuando las personas adoptan la falsa creencia que han
perdido todo en la vida y no es así, porque siempre hay una alternativa para la
superación un problema.
El profesional de la psicología
dijo que “el deterioro del sistema nervioso causa irritabilidad en el paciente,
por eso recomendó el control con un neurólogo o siquiatra”, esta acotación la
realizó a propósito de una pregunta a través de mensaje de texto, en la cual
una oyente quería un consejo para aplicarlo con un familiar que ingiere alcohol
y no es consciente de sus actos, porque alega no hacerle daño a nadie.
Garcés sugiere a las familias que
tienen un integrante con conducta adictiva, que tuviesen paciencia e invitaran
constantemente al paciente para asista a una terapia de rehabilitación.
Les recordó a los familiares que
dar ese primer paso puede pasar hasta 10 años y el individuo sigue igual.
Pero el psicólogo asegura que de
tanto repetirle a la persona con ejemplos claros que tiene un vicio y afecta al
entorno, llega un límite en que el adicto opta por ir a la primera consulta.
También el profesional de la
psicología aconsejó a las familias que no reprendieran al sujeto, porque esa
actitud no es apropiada para lograr avanzar, todo lo contrario el adicto
retrocede, porque se reúne con grupos igual a él y continúa el ciclo de
adicción.
La clave está en adoptar una
actitud firme, estoica y manteniendo la fe ante todo. El ejemplo bíblico que
coloco el licenciado Garcés fue la historia de Job.
La historia de Job
Job era un hombre rico que
habitaba en el país de Hus. Tenía excelente relación con su familia y solía
pedir perdón antes de dormir por los errores de sus hijos y esposa para
mantenerse en la gracia divina.
Inesperadamente apareció Satanás
y le dijo a Dios que él se acercaría a su siervo para demostrarle que
abandonaría la fe. Entonces el Señor en vista de la arrogancia del demonio,
decidió colocarle una prueba de fe a Job y acordó con Lucifer que le podía
arrebatar todo cuanto quisiera –familia, fortuna, amigos y salud-, pero que no
le tocara la vida a siervo.
El príncipe de las tinieblas
aceptó la propuesta del Padre Celestial y puso en marcha su maléfico plan de
estropear la paz espiritual, emocional y económica de aquel hombre justo. Las
desgracias comenzaron una a una; perdió la fortuna, murió toda su familia y
perdió la movilidad física.
El demonio se le acercó a Job
para tentarlo en medio de las vicisitudes, pero el siervo de Dios continuó
firme alabando a su Padre y no se detuvo. Pero como Job era hombre, pecó por desconfiar
de la Omnipotencia Divina y a cambio esa actitud malcriada, recibió más
represión del Padre para continuar midiendo su virtud.
Job pidió perdón a Dios por la
falta de fe y poco a poco le fue devolviendo todo lo que le había perdido con
Satanás. El Todopoderoso demostró a Job que para seguirlo hay que demostrar la
fe en los momentos difíciles.
Las virtudes que tuvo Job fueron:
la paciencia y la fortaleza para lograr demostrarle a Dios la verdadera fe. El
Padre se manifiesta en sus verdaderos seguidores a través de pruebas duras,
porque está podando a sus hijos con la finalidad de que sean mejores seres
humanos y cada día tengan mayor fortaleza ante la vida.
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