miércoles, 19 de junio de 2013

Una mirada a las adicciones


Según el psicólogo Roger Garcés, cuando el sujeto pierde el control de lo que consume y se siente derrotado se puede definir como adicción o conducta adictiva.
A parte definió tres características para detectar las adicciones, estas son:

1)  Las consecuencias negativas son a causa de la inconsciencia del individuo.
2)  Es difícil para el paciente eliminar las adicciones, porque cuando tiene el efecto de la sustancia psicoactiva siente una sensación fascinante. El licenciado Garcés comparó esta emoción con “una mariposa que rodea la llama de la vela de fuego y no puede apartarse de la mirada del fuego”.

3)  Aparece el entrecendo, el cual el profesional de la psicología describió como “No hay nada que pueda estar mal, que pueda estar peor”. Se aplica cuando las personas adoptan la falsa creencia que han perdido todo en la vida y no es así, porque siempre hay una alternativa para la superación un problema.

El profesional de la psicología dijo que “el deterioro del sistema nervioso causa irritabilidad en el paciente, por eso recomendó el control con un neurólogo o siquiatra”, esta acotación la realizó a propósito de una pregunta a través de mensaje de texto, en la cual una oyente quería un consejo para aplicarlo con un familiar que ingiere alcohol y no es consciente de sus actos, porque alega no hacerle daño a nadie.
Garcés sugiere a las familias que tienen un integrante con conducta adictiva, que tuviesen paciencia e invitaran constantemente al paciente para asista a una terapia de rehabilitación.
Les recordó a los familiares que dar ese primer paso puede pasar hasta 10 años y el individuo sigue igual.
Pero el psicólogo asegura que de tanto repetirle a la persona con ejemplos claros que tiene un vicio y afecta al entorno, llega un límite en que el adicto opta por ir a la primera consulta.
También el profesional de la psicología aconsejó a las familias que no reprendieran al sujeto, porque esa actitud no es apropiada para lograr avanzar, todo lo contrario el adicto retrocede, porque se reúne con grupos igual a él y continúa el ciclo de adicción.

La clave está en adoptar una actitud firme, estoica y manteniendo la fe ante todo. El ejemplo bíblico que coloco el licenciado Garcés fue la historia de Job.


La historia de Job

Job era un hombre rico que habitaba en el país de Hus. Tenía excelente relación con su familia y solía pedir perdón antes de dormir por los errores de sus hijos y esposa para mantenerse en la gracia divina.
Inesperadamente apareció Satanás y le dijo a Dios que él se acercaría a su siervo para demostrarle que abandonaría la fe. Entonces el Señor en vista de la arrogancia del demonio, decidió colocarle una prueba de fe a Job y acordó con Lucifer que le podía arrebatar todo cuanto quisiera –familia, fortuna, amigos y salud-, pero que no le tocara la vida a siervo.
El príncipe de las tinieblas aceptó la propuesta del Padre Celestial y puso en marcha su maléfico plan de estropear la paz espiritual, emocional y económica de aquel hombre justo. Las desgracias comenzaron una a una; perdió la fortuna, murió toda su familia y perdió la movilidad física.

El demonio se le acercó a Job para tentarlo en medio de las vicisitudes, pero el siervo de Dios continuó firme alabando a su Padre y no se detuvo. Pero como Job era hombre, pecó por desconfiar de la Omnipotencia Divina y a cambio esa actitud malcriada, recibió más represión del Padre para continuar midiendo su virtud.


Job pidió perdón a Dios por la falta de fe y poco a poco le fue devolviendo todo lo que le había perdido con Satanás. El Todopoderoso demostró a Job que para seguirlo hay que demostrar la fe en los momentos difíciles.
Las virtudes que tuvo Job fueron: la paciencia y la fortaleza para lograr demostrarle a Dios la verdadera fe. El Padre se manifiesta en sus verdaderos seguidores a través de pruebas duras, porque está podando a sus hijos con la finalidad de que sean mejores seres humanos y cada día tengan mayor fortaleza ante la vida.

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